jueves, 8 de junio de 2017

Historia de la tecno

Pablo Lanillos Acaba de recibir una beca de 160.000 euros de la Unión Europea para intentar que los robots aprendan a reconocer su propio cuerpo. El salto tecnológico sería brutal. En la actualidad, una máquina humanoide puede ver cómo aplasta a una persona con su brazo artificial, sin darse cuenta de lo que está ocurriendo. La distinción del yo en los robots es esencial para la futura interacción entre los seres humanos y los androides.
“Vamos a cubrir un robot humanoide con piel artificial”, resume Lanillos, investigador de la Universidad Tecnológica de Múnich, en Alemania. La piel, desarrollada en su laboratorio, posee múltiples sensores para medir la presión, la temperatura e incluso la proximidad de un objeto, como haría una auténtica piel humana. En la actualidad, los robots no tienen tacto. La adquisición de ese nuevo sentido permitiría a los humanoides crear “un mapa sensorial”, en palabras de Lanillos.
El ingeniero Pablo Lanillos (derecha) y su coordinador, Gordon Cheng.

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